UN MUNDO SIN PRECEDENTES

MOISÉS NAIM

 

Esto es nuevo. Nunca había pasado algo así. Después del espanto, el dolor y la indignación, esta fue la reacción instintiva —y correcta— que muchos tuvimos ante la barbarie desplegada por Hamas. Las escenas mostrando terroristas asesinos deambulando tranquilamente por las calles y asesinando o secuestrando indiscriminadamente a sus víctimas son tanto crueles como inéditas. Nunca antes el terrorismo había golpeado tan ferozmente al corazón de la sociedad israelí.

El horror que nos produce la barbarie de Hamas no debe, sin embargo, nublar la visión de otras situaciones inéditas que se están dando en la política israelí. Ya antes del ataque, el país estaba enfrascado en una crisis política sin precedentes. La polarización en Israel es tan profunda que, para formar gobierno, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha estado dispuesto a aceptar las radicales condiciones exigidas por minúsculos grupos políticos.  Nunca se había incluido en un gobierno israelí a los políticos más virulentos de la ultraderecha de ese país o a los religiosos ultraortodoxos.  Estas minorías extremistas logran imponer desde el gobierno políticas radicales que afectan al resto de la población. Hasta ahora Israel no había tenido que ir a la guerra con una sociedad tan dividida.

Pero no es solo en el medio oriente donde reina el “nunca antes.”  Lo mismo está sucediendo en Estados Unidos.  Allí también un minúsculo grupo de congresistas republicanos de extrema derecha lograron sacar de su curul al jefe de la bancada republicana Kevin McCarthy a mitad de su período —cosa que tampoco había sucedido antes. En España, y otras democracias, la tiranía de las minorías genera regularmente situaciones nuevas.

Las situaciones sin precedentes no solo tienen que ver con la política, la guerra o la economía. La más importante de las situaciones inéditas que hoy vive el mundo es el cambio climático. Nunca antes la temperatura del planeta había subido al ritmo que lo hace hoy. Los científicos marcan con verdadera alarma el avance del fenómeno, que nos lleva a escenarios absolutamente novedosos.

Tampoco habíamos visto una crisis migratoria de la envergadura de la que se está viendo en la frontera sur de los EE.UU. o en la cuenca mediterránea de Europa. Y apenas empezamos a entender las formas en las cuales la depredación ambiental fomenta niveles nunca antes vistos de emigrantes. 

Y para quienes nos toca vivir estos tiempos, esto hace mucho más difícil pensar a futuro. Porque como seres humanos nuestra tendencia es siempre a tratar de predecir lo que viene en base a lo que ya ha sucedido. Pero cuando tantas de las cosas que pasan, son nuevas, esa táctica tiende a fallar.

Mientras nos quedamos viendo por el espejo retrovisor, el futuro se nos escapa

(*)Fragmentos articulo de Moises Naim publicado en El Pais 15/10/23

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